Pensamientos inútiles I

Axl Rose es lo que pasa cuando los artistas insisten en sobrevivir.
Charly García también, pero me da más culpa decirlo.

Extranjerización

Yo no tengo nada en contra de ellas, pero sí tengo un problema grave con sus voces de cotorras irritantes, y sus risitas molestas y sus acentos que, al menos en este momento, me provocan ganas de patearles incesantemente la cabeza. Es evidente que no se percatan de que yo estoy de duelo, intentando un coma alcohólico y eludiendo sin mucho éxito las ganas de adentrarme en el mar como Alfonsina. Es evidente, y por eso merecen morir. No hay nada que me provoque más furia ahora mismo que presenciar la liviandad existencial ajena, mientras la insoportable pesadez de mi ser me tortura sin piedad.

Vidas extremas

Ok, la historia es así: mientras esperaba que el alprazolam me haga efecto, caí en las garras del zapping de madrugada, y no es la primera vez. Pero en lugar de regodearme en masoquismo con películas bizarras y pastores exorcistas, descubrí la repetición del programa de chimentos de Viviana Canosa. Y también descubrí que, aparte de ocuparse de cuántos dólares gasta por minuto Ricardo Fort y a quién se empomó esta vez Matías Alé, también se ocupan de la REALIDAD. Y lo hacen con una sección nueva llamada Vidas Extremas. Sí, "vidas extremas" ( http://www.youtube.com/watch?v=v61bE28fRbY) se llama la sección del programa de chimentos de Viviana Canosa. Y básicamente consiste en una vedetonga entrevistando a, por ejemplo, una mujer pobre que hace trabajos de albañilería en un intento, frustado parece, de mantener a sus 10 hijos en algún barrio igualmente pobre del conurbano. La vedetonga lookeada para la ocasión: joggineta, zapatillas y remera, todo muy discreto y bajo perfil, pero eso sí, maquillada para el Maipo. La música de fondo, el pianito y el violín correspondientes, no va a ser cosa que lagente del otro lado de la pantalla se quede con el lagrimón atorado en el ojo. Los programitas políticamente correctos conducidos por pseudo periodistas cancheros y con onda que te muestran la REALIDAD repitiendo perversamente imágenes de paqueros, chorros, tumberos y prostitutas -sin ningún objetivo que no sea llenar espacios dentro de un programa vacío ideológicamente-, ya me producen un odio bastante peculiar que, es obvio, todavía no logro sublimar. Pero esto, esto es demasiado. Váyanse a la concha de su madre, me terminaron de convencer de que de la misantropía, sin dudas, no se vuelve.

Un paso más

Te deseo des un paso más. Y poco te falta, desde la infelicidad que rige tu vida (pues así lo quisiste y siempre obraste para ello) quiero que des un paso más. Así, ligera de ropa y de cascos, como te gusta ser. Creyéndote superada, dando consejos de vida y refugiándote en la risa burlona de nenas tontas a las que casi doblás en edad... Y a las que también das lástima, aunque nunca te lo digan. Te deseo des un paso más. Desde la ignorancia que te asegura esa liviandad constante, la frescura que aparentás. Sos un circo andante. Te deseo des un paso más, desde el borde del abismo en el que vivís, claro.