sábado, agosto 25, 2012

Supersticiones


Ahora que sé bien que no soy Dorothy, más bien soy la Bruja Mala del Este, puedo escribir sobre supersticiones.

Un viernes 13 de enero, bajo el cielo citadino, se casaba la amante putarra de Jesús con un buen hombre de leyes, quien parecía aceptarla tal cual se daba. Como quien rescata a una prostituta de un prostíbulo, la acepta manoseada, oscura y sucia; y se enamora de esa mujer que parecía no haber soñado nunca. Pues esa mujer no se parecía a su madre, tampoco a sus hermanas, ni a ningún ex amor que haya tenido paso por su corta vida. Poco tiempo bastó para desmoronar la farsa: jamás existió aceptación tal.

A primera vista se podría decir -cual vieja chusma con ruleros- que claramente, era cuestión de tiempo; los hombres de leyes no se casan con putas. Un buen hombre de ley debería elegir para su hogar a una Dorothy, inocente y bien pensada. Que cocine pasteles los sábados por la tarde, lea novelas de S. King -en caso tal que sea una apasionada de la lectura-, teja al crochet hermosos edredones donde calentarse los pies cuando haga frío.

Pero nadie sabe que Dorothy, para poder ser Dorothy, se sumergió en una oscuridad tan extrema que puso en riesgo su vida, y muy lejos la ubicó su psiquis de aquella niñita tierna e inocente que nos vendieron.

Claro, nadie vivía con ella día y noche para descubrir sus miserias.

Poco tiempo pasó, pero por fortuna, aquel hombre pudo "enderezar" su vida; dejó de perseguir causas perdidas y volvió a su mediocre realidad. En busca de su Dorothy; ¿no es cierto? Ojalá la vida se la cruce en su camino y sean eternamente infelices, haciendo lo socialmente correcto. Salud.

---

Un viernes 13 de julio, bajo el cielo citadino, amanecían dos cuerpos incapaces de describir con palabras del idioma español de la lengua madre a la que pertenecen la gloria de estar juntos. Porque se habían deseado transatlánticamente dos meses y mil vidas. Un hombre y una mujer, convocados por el deseo y la curiosidad. ¿Y el amor? Sí, y el amor también. Pero no es importante ahora.

Este hombre ya tuvo a su Dorothy, mejor dicho, la tiene. Es más, hasta hay un papel firmado que indicaría de una forma socialmente machista que "es suya". Pero amaneció con otra. Deseó a otra. Consiguió de una forma altamente lírica que "otra" lo desee. ¿Y lo ame? Sí, y lo ame también. Pero eso no importa ahora.

A la "otra" podríamos describirla en pocas palabras -o en muchas, depende la dedicación que uno ponga-; pero hoy basta con decir que es duramente determinante. Una mujer duramente determinante, se podría pensar, una mujer difícil. Como la amante putarra de Jesús; manoseada, oscura y sucia.

¿Qué busca un hombre cuando se siente interpelado por una mujer así? ¿Cede por curiosidad o cede por decisión? ¿Cede? ¿Es "ceder" el verbo indicado? La verdad es que no lo sé. Esa es la verdad. Hay muchas cosas que no sé. Esa es la verdad. Y me mata no saber.

Viernes 13: Casate, embarcate transatlánticamente, viví.
Es la única forma de saber.
Vivir.


La insoportable levedad del ser


"Sintió en su boca el suave olor de la fiebre y lo aspiró como si quisiera llenarse de las intimidades de su cuerpo. Y en ese momento se imaginó que ya llevaba muchos años en su casa y que se estaba muriendo. De pronto tuvo la clara sensación que no podría sobrevivir a la muerte de ella. Se acostaría a su lado y querría morir con ella. Conmovido por esa imagen hundió en ese momento la cara en la almohada junto a la cabeza de ella y permaneció así durante mucho tiempo...Y le dio pena que en una situación como aquella, en la que un hombre de verdad sería capaz de tomar inmediatamente una decisión, él dudase, privando así de su significado al momento más hermoso que había vivido jamás (estaba arrodillado junto a su cama y pensaba que no podría sobrevivir a su muerte). Se enfadó consigo mismo, pero luego se le ocurrió que en realidad era bastante natural que no supiera qué quería: El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive solo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores. No existe posibilidad alguna de comprobar cuál de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación alguna. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo. Pero ¿qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma? Por eso la vida parece un boceto. Pero ni un boceto es la palabra precisa, porque un boceto es siempre un borrador de algo, la preparación para un cuadro, mientras que el boceto que es nuestra vida es un boceto para nada, un borrador sin cuadro" (La Insoportable Levedad Del Ser, M. Kundera) 

¿Y mientras yo qué? Y mientras yo tranquila. Me retomo entera. Paro. Me bajo del tren en la estación de casa. Me acuerdo de mi. Entro a mi hogar. Donde todo me esperaba en su sitio. A la basura esas botinetas rojas que gasté andando. Están rotas. Me miro en mi espejo de venecitas. Me recuerdo diciendo "así dure la vida entera o un mes..." valió tremendamente la pena. Sigue valiendo. Vale. Sigo eligiendo. Elijo. Sigo decidiendo. Decido.

Sentí en su boca el suave olor de la fiebre y lo aspiré como si quisiera llenarme de las intimidades de su cuerpo. Lo recorrí con mis manos, con los ojos cerrados; lo guardo conmigo, me lo sé de memoria. Como si quisiera asegurarme de reconocerlo cuando me lo cruce en alguna próxima vida.

La vida dirá.
Te perdono, mujer pequeñita, por no haber sabido qué hacer desde el minuto cero.
Siempre te perdono.
Que nada te amedrente.
La vida es esto y peor a veces.
Lo sabés.
Claro que lo sabés.

La vida dirá lo que tenga para decirme.
Gracias vida.



sábado, agosto 11, 2012

Y que nunca nos falte...


...motivo para estar juntos.

Pero yo lo digo de buena leche.
Porque los amo. A todos y cada uno.
Con las diferencias que nos distinguen y a la vez nos hacen únicos.

No hay dos como nosotros.
Tenemos momentos en que parecemos unidos por el espanto.
Hay detalles no dichos, soslayados.
Pero ayer no.

Pude vernos felices, a nuestro modo.
Riendo y debatiendo.
Somos un conjunto.
Nos deseamos las mismas cosas.

Tenerlos me hace fuerte.
Me demuestra que puedo más.
Que hay un lugar donde siempre habrá un lugar.

Una eterna fuente de ejemplos, buenos y no tan buenos.
Pero nunca malos.

Aprendimos que no era preciso ser 40.
Que no era tan imprescindible el dinero.
Que nos tenemos siempre.
Porque somos hermanos.

Somos familia.

La política, el fútbol y mis 3 Diegos.
Lo que sea que fuese, lo que sea que es.

Que nunca nos falte motivo para estar juntos.

sábado, agosto 04, 2012

Llegar, buscar, jugar, abrir, amar, caer, dejar, sufrir, volver, probar, pagar, seguir.


Anduve tanto tiempo dando vueltas.

Quiero vivir hoy para siempre.
Porque nos pasa todo tan pronto.
Que ya añoro el día del aeropuerto.
Ese sentir virgen de todo.
Cuando todo estaba por delante.
Quiero vivir hoy para siempre.
Que siempre sea la primera vez de todo.
Y sorprenderme con tu altura.
Y darme cuenta que superás toda conjetura.
Que me estremezca tenerte tan cerca.
Que nunca olvide haberte tenido tan lejos.
Y mirarte es antídoto suficiente.
Para entender todo.
Cuando todo está por delante.
Quiero vivir hoy para siempre.

Quiero vivir-te.
Vivir-nos.

Vivir.
Hoy.
Siempre.

miércoles, agosto 01, 2012

Rojo

"Las mujeres son capaces de eso; por muy fuerte que sea un hombre, las mujeres siempre pueden conseguirlo." CHARLES BUKOWSKI

Te amo, te odio, dame más

Yo no creo en el tipo de amor de las películas de Hollywood y las telenovelas de Canal 9.
No creo en el tipo de amor católico ni judío.
No creo en el tipo de amor que practica la gente que me rodea: el hombre que elige a una madre más que a una mujer para después buscar una puta que satisfaga sus deseos sexuales. La mujer que elige a un hombre que tenga las características necesarias para encajar en el modelo familiar que le inculcaron desde niña. Ambos se casan -gran fiesta obligada y ceremonia religiosa-, arman un hogar, tienen bebés, cumplen el sueño de la casa propia, se van de vacaciones una vez al año (al principio a la costa Argentina, después a Brasil, luego al Caribe y por último Europa) Él recurre sistemáticamente a prostitutas y quizás, de vez en cuando, conquista a alguna jovencita de la oficina que le infla el ego y la virilidad. Ella sueña con reencontrarse con aquél hombre con el que se casó, y cualquiera que la escuche, le preste atención, le provoque orgasmos y la haga sentir mujer en vez de madre nuevamente, será el indicado.
Mientras, sostienen el matrimonio (por el bien de los hijos, y porque al fin y al cabo él necesita el calor del hogar y lo cómodo de lo conocido, y ella se siente incapaz de tirar abajo el castillo de arena) a base de sexo una vez por mes y un poco de cariño. Ella tiene un marido, él una esposa. Suficiente.

Si tengo que creer en algún tipo de amor, automáticamente pienso en Frida Kahlo y su Diego, en Virginia Woolf y su Leonard, en Simone de Beauvoir y su Sartre.
Sí, es un poco engañoso.
Porque entre Diego y Frida no había fidelidad alguna, y entre Virginia y Leonard no había convivencia alguna, y entre Simone y Sartre no había sexo alguno.
Entonces no, no era un tipo de amor cómodo y seguro. Era un tipo de amor incondicional.
Y  la Dra. K me dice que el único amor incondicional es el de la madre, y tiene razón. Quizás busco una madre yo también.

Vos no eras Osvaldo, el que me propuso matrimonio después de un largo noviazgo y porque se sintió presionado por la familia y la sociedad. No eras el que recurre a prostitutas porque le da pudor pedirme que actúe yo misma como una. No eras el que se contenta con tener a una mujer cocinando los fideos cuando vuelve de la oficina.
Pero tampoco fuiste Diego, ni Leonard, ni Sartre.
Y yo soy un poco de Frida, y mucho de Virginia, y quisiera ser algo de Simone.

¿Y qué vas a hacer con mi oscuridad? ¿Meterla abajo de la alfombra? ¿Mirar para otro lado? ¿Buscar ese tipo de amor cómodo y seguro que no te cuestione, ni te lleve al borde, ni ponga en peligro tus estructuras históricas? ¿Vas a refugiarte en ese mundo conocido pero efímero del que huías cuando te encontré?

Soy tu esposa y soy tu puta. Muchas veces puedo morder y hacerte sangrar, y muchas otras soy capaz de curar todas tus heridas. Soy la loca y soy la sabia. Soy lo genuino que buscabas, la intensidad que admirabas, lo extra-ordinario que te enamoró.

Está lleno de Martas, ahí afuera.
Acá estoy yo.
Y qué pena que me da.... Que pena que me da que estés eligiendo convertirte en un Osvaldo.